Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer

Las enfermedades e infecciones de transmisión sexual (ETS e ITS) están a la orden del día. En un ambiente cada vez más aperturista con respecto a la sexualidad, no se puede olvidar la responsabilidad social y afectiva que conlleva la prevención de las ETS. Muchas de estas condiciones son asintomáticas o leves, mientras que otras pueden llegar a desencadenar problemas muy graves: infertilidad, abortos, problemas sistémicos e incluso cáncer.

El término cáncer nos atemoriza a todxs, pues esta palabra nos evoca historias de superación, pero también de dolor, pérdida y agonía. 1 de cada 3 personas experimentan un cáncer a lo largo de la vida y es vital prevenirlo en todos los frentes posibles. ¿Sabías que el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer están relacionados? Aquí te contamos por qué, así que no dejes de leer.

¿Qué es el virus del papiloma humano?

El término virus del papiloma humano o VPH hace referencia a más de 100 tipos víricos, todos pertenecientes a la familia Papillomaviridae. Estos son virus de ADN, sin envoltura y con un diámetro aproximado de 55 nanómetros. Estos patógenos son causantes de una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes en todo el mundo. Sin ir más lejos, se estima que el 80 % de la población sexualmente activa se expone al VPH en algún momento de su vida.

El papiloma más conocido es el cutáneo, causante de las verrugas vulgares. Más allá del ámbito dermatológico, unos 40 tipos de VPH son capaces de transmitirse a través del contacto sexual y afectan a los órganos genitales. Estos virus se dividen en 2 grandes grupos:

  • VPH de bajo riesgo: este grupo representa a muchos de los VPH que pueden causar verrugas en la piel, sobre todo en las manos, los pies, alrededor de los genitales y el ano. Se diferencian de otros en que no se asocian de forma robusta a la aparición de cáncer.
  • VPH de alto riesgo: los VPH de alto riesgo son los que sí se asocian, en algunos casos, a la aparición de cáncer. En este grupo se incluyen a los tipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68. Los más importantes a nivel clínico son los VPH-16 y VPH-18.

En este punto, cabe destacar que la mayoría de los VPH descritos hasta ahora cursan con infecciones asintomáticas. En caso de que aparezcan verrugas genitales, estas suelen desaparecer por sí solas y el propio cuerpo combate la infección en menos de 1 año. Aunque vayamos a hablar de la asociación entre el virus del papiloma humano y el cáncer, hay que tener en mente que pocas veces se llega a un escenario tan poco favorable.

Una persona siendo asistida tras la infección por VPH

El virus del papiloma humano y el cáncer están relacionados

En algunos casos, el sistema inmunitario del organismo no puede combatir la infección por un VPH de alto riesgo. Esto fomenta la transformación de algunos grupos celulares en potencialmente cancerígenos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los tipos de VPH que provocan verrugas genitales no son los mismos asociados al cáncer. A continuación, describimos la vinculación de algunos de ellos con las neoplasias malignas.

Cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino (CCU) es el cuarto tipo de cáncer más común en las personas con aparato genital femenino de todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en al año 2020 se detectaron más de 600 000 casos y más de 300 000 defunciones debidas a esta enfermedad. La mayoría de las muertes por CCU tienen lugar en regiones de bajo ingreso con infraestructuras sanitarias deficientes.

Dos tipos de VPH (16 y 18) provocan el 50 % de las lesiones precancerosas en el cuello del útero. El 90 % de las personas infectadas con VPH de alto riesgo como este eliminan al patógeno en cuestión de 2 años, pero cuando la infección persiste (en el 5-10 % de los casos) existe el riesgo de desarrollar lesiones, las cuales pueden progresar a un cáncer cervical invasivo. El proceso hasta que se desarrolla la neoplasia maligna es de 15-20 años, así que con las pruebas adecuadas se puede detectar de forma muy precoz.

Aquí entra en juego la prueba de Papanicolau, el método más común para ayudar a prevenir y detectar el CCU de forma temprana. En este análisis, se recogen células del tejido de interés y se observan bajo el microscopio para dictaminar su potencial maligno. Si se detectan hallazgos anormales se requiere un seguimiento periódico y, en algunos casos, su tratamiento mediante técnicas de escisión.

Cáncer de ano

El cáncer anal es raro y afecta a 1-2 personas por cada 100 000 habitantes. Aun así, se estima que la mayoría de los cánceres de ano se asocian a una infección por VPH contagiada durante el acto sexual. De todas maneras, es necesario destacar que la inmensa mayoría de las personas afectadas por VPH no desarrollan este tipo de neoplasia maligna en ningún momento de su vida.

El subtipo más frecuente asociado al cáncer de ano es el VPH-16 y, en menor medida, los VPH-18, 6 y 11. Otros factores predisponentes al desarrollo de este tipo de cáncer son fumar, la infección por el VIH y el sistema inmunitario debilitado.

Cáncer orofaríngeo

El cáncer orofaríngeo es un tipo de cáncer de cabeza y cuello. Se cree que el VPH causa el 70 % de estos tipos de neoplasias malignas. Otros factores, como fumar o mascar tabaco, también propician la aparición de esta enfermedad.

Otros tipos

La infección por VPH también se ha asociado a algunos cuadros de cáncer de vulva, de vagina o de pene, pero la causalidad es menos robusta que en el caso de cáncer de cuello uterino. Ante cualquier sospecha, no dudes en consultarlo con tu profesional de la salud de elección.

Las vacunas son la mejor prevención

Como buena noticia, existe una vacuna que previene la infección por los tipos de VPH más comunes. Específicamente, la vacuna Gardasil 9 genera protección frente a los tipos 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58, los más peligrosos en el terreno oncológico y otros asociados a la aparición de verrugas genitales. Este abordaje preventivo se recomienda para todas las personas entre 9 y 45 años de edad.

La vacunación debe realizarse antes de comenzar la actividad sexual.

Algunos tipos de VPH son de alto riesgo oncológico.

Como habrás podido comprobar en estas líneas, el virus del papiloma humano y el cáncer están más relacionados de lo que podría parecer en un principio. Aun así, hay que destacar que pocos casos terminan desembocando en una neoplasia maligna, así que no hay que ponerse nervioso. Con la vacunación y las revisiones genitales pertinentes, el cáncer de cuello uterino se puede evitar con gran eficacia.

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