El flujo vaginal es tan normal como la vida misma. Las personas con aparato genital femenino lo saben, pues esta combinación de líquido y células se libera de forma continua a través de la vagina. Este fluido es esencial para el bienestar, ya que protege al entorno vaginal de infecciones, favorece el disfrute del acto sexual mediante la lubricación y mantiene los genitales limpios.
La cantidad, la consistencia y el color del flujo vaginal varían entre las personas y los momentos. Por ejemplo, a lo largo del ciclo menstrual su aparición cambia, haciéndose más abundante durante la ovulación (a los 14 días de finalizar la menstruación). De todas formas, en algunos casos los colores y texturas de este fluido pueden “salirse de la norma” e indicar un problema de salud subyacente. En las siguientes líneas, te contamos qué dice sobre ti el color de tu flujo vaginal a nivel médico. ¡No dejes de leer!
¿Qué representan los colores del flujo vaginal?
El flujo vaginal normal está compuesto por moco cervical, fluidos de la vagina, agua, leucocitos, células de los tejidos vaginales/cervicales y bacterias que forman parte de la microbiota vaginal. Como hemos dicho, se trata de una secreción completamente natural que, además, cumple una serie de labores fisiológicas muy importantes.
El flujo vaginal normal tiene las siguientes características:
- Su olor no es desagradable o fétido. En general, el flujo vaginal se describe a nivel organoléptico como ligeramente ácido, muy parecido a un vinagre suave. Esto es reflejo de la actividad de la microbiota vaginal y sus procesos metabólicos normales, como la producción de ácido láctico.
- Es de color claro, lechoso o blanquecino. La gama cromática puede cambiar según la fase del periodo menstrual.
- Es pegajoso y denso. Esto es más común después de la ovulación.
- Es ligero y resbaladizo. Esto es más común antes de la ovulación.
También es necesario destacar que las propiedades del flujo vaginal dependen de los fármacos que se estén consumiendo, la excitación sexual y muchas cosas más. De todas formas, algunos rasgos sí se pueden considerar atípicos. A continuación, desglosamos por apartados qué significan los colores anormales de esta sustancia.
Color amarillo-verde
Una descarga vaginal amarillo-verdosa con un olor fuerte y desagradable suele ser indicio de una vaginosis bacteriana. Este cuadro cursa con una inflamación vaginal provocada por un crecimiento excesivo de las comunidades microbianas “dañinas” que se encuentran de forma natural en este entorno. No se conocen exactamente los mecanismos subyacentes de este evento, pero sí se sabe es que ocurre de forma más común en personas sexualmente activas.
Las secreciones vaginales con estas propiedades también pueden ser indicio de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) activa. Entre las posibles candidatas, destacamos las siguientes:
- Tricomoniasis: esta infección está causada por el protozoo Trichomonas vaginalis y es una de las más comunes en la población general. Uno de sus síntomas es la descarga vaginal amarillo-verdosa de olor rancio y textura espumosa. Otros de los signos clínicos son la picazón, el ardor, el enrojecimiento genital y las molestias al orinar.
- Gonorrea: esta ITS, provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, provoca un aumento del flujo vaginal con color anormal y también causa sangrado vaginal entre periodos y dolor abdominal.
- Infección por clamidia: esta ITS cursa con un flujo vaginal amarillento y maloliente, acompañado de dolor al orinar, malestar al practicar relaciones sexuales y sangrados anormales entre periodos.
Ante este color del flujo vaginal, se requiere una visita inmediata al médico. La mayoría de infecciones de este tipo se tratan con antibióticos de forma rápida y sencilla, pero si el cuadro se deja pasar puede desembocar en problemas más serios, como infertilidad, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) y más.
Color rosado
Si el flujo vaginal es de tono rosado, esto suele indiciar el inicio del ciclo menstrual (días 1-5). Esto es completamente normal y no hay de qué alarmarse. Que este fluido tenga un tono rojizo también puede ser indicio de una menstruación irregular o de embarazo, sobre todo por un fenómeno conocido como sangrado de implantación. El sangrado de implantación tiene lugar entre los 10 y 14 días después de la fecundación, es muy común (ocurre en 3 de cada 10 casos) y no tiene por qué significar ningún problema para el feto.
Color marrón-rojo
Si el flujo es más rojizo-marronáceo y no corresponde con ninguno de los eventos citados en el apartado anterior, se puede estar ante un problema de salud. Algunas de las patologías que fomentan este cambio son las siguientes:
- Cervicitis: la cervicitis es una inflamación del cuello del útero y puede estar causada por una infección (sobre todo de tipo ITS) u otros trastornos.
- Pólipos cervicales: son crecimientos comunes y benignos del cuello y el endocérvix que aparecen en el 2-5% de las personas con aparato genital femenino. Además de flujo rojizo, pueden causar una secreción similar al pus.
- Cáncer: el color del flujo vaginal rojo fuera de los escenarios típicos puede ser también un indicio de un cáncer endometrial o cervical. Aunque estas patologías representen una minoría diagnóstica, es necesario acudir al profesional en medicina ante cualquier duda.
Color gris
El color gris del flujo vaginal es uno de los síntomas claves de la vaginosis bacteriana, ya descrita en líneas previas. También puede ser un signo de otras de las ITS citadas con anterioridad. Además, en ocasiones muy raras y si también tiene tonos rosáceos, se asocia al cáncer vaginal. Para realizar una distinción clara, este último cuadro cursa con síntomas como dolor de espalda, malestar en la parte baja del abdomen, un bulto en la vagina que se puede diferenciar, dolor al tener relaciones/orinar y dolor en la zona pélvica.
Color blanco
Un flujo vaginal de color blanco, sin mal olor y con una textura similar al requesón (grumosa) es casi siempre indicio de una infección por levaduras, sobre todo la candidiasis. El hongo Candida albicans es el responsable de la mayoría de los cuadros: aunque este microorganismo se encuentre de forma natural en la flora vaginal, puede crecer de más en algunos escenarios y provocar la infección.
Además del flujo vaginal alterado, la candidiasis puede cursar con los siguientes síntomas:
- Sarpullido vaginal.
- Molestias y dolores en la zona genital.
- Inflamación de la vulva.
- Ardor al mantener relaciones sexuales y al orinar.
- Irritación genital.
La candidiasis vaginal leve se puede tratar de forma sencilla con medicamentos antimicóticos durante 3-7 días, ya sea en forma de ungüentos, supositorios o comprimidos. De todas formas, en los escenarios recurrentes o más graves se puede requerir una terapia más prolongada o de dosis múltiples.
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Como habrás podido comprobar, son muchas las razones por las que el color del flujo vaginal se puede ver alterado. Las infecciones de transmisión sexual (ITS) o enfermedades de transmisión sexual (ETS) son las principales sospechosas en diversos escenarios y, por suerte, en ETSFREE contamos con una serie de pruebas que las detectan de forma rápida y sencilla por PCR ultrasensible y anticuerpos. Si has tenido un contacto sexual de riesgo o manifiestas cualquier síntoma, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.