Hasta 1 de cada 5 personas tienen una infección de transmisión sexual en cualquier momento y lugar dados. Aunque estas patologías sean temidas por todxs a nivel teórico, no es difícil reconocer que solemos exponernos a ellas llevando a cabo prácticas sexuales poco o nada seguras al menos una vez durante nuestras vidas. El miedo por sí solo no lleva a ninguna parte, pero es necesario conocer las consecuencias más graves de las ETS para concienciarnos y frenar su expansión.
Cuando pensamos en una enfermedad de transmisión sexual, a la mayoría nos viene a la cabeza un picor molesto al orinar, mal olor y poco más. Aunque la mayoría de estos cuadros cursen con síntomas así de leves, existen excepciones que pueden agravarse hasta la muerte. No dejes de leer, pues te contamos los efectos más graves de dejarse una ETS sin tratar.
¿Cuáles son las consecuencias graves de las ETS?
Según estudios, hasta el 60% de las personas con una ETS son asintomáticas. Este porcentaje varía según múltiples factores (el patógeno, el estado de salud general, el tipo de genitales y más), pero evidencia que muchas de estas condiciones pasan desapercibidas en el tiempo. Por desgracia, esto no significa que no se vayan a desarrollar efectos secundarios a largo plazo.
Si bien muchas ETS se quedan en una anécdota desagradable, otras requieren un tratamiento inmediato para evitar complicaciones graves. A continuación, te mostramos algunas de las más relevantes a nivel clínico.
Cáncer
La palabra cáncer nos atemoriza a todxs. Este término puede implicar superación y fuerza, pero también se asocia a dolor, pérdida y sufrimiento. 1 de cada 3 cánceres se pueden prevenir, lo que conlleva tener un estilo de vida saludable, beber lo justo, no fumar, comer sano y, por supuesto, practicar sexo seguro (sin excepciones).
La ETS que más se puede asociar al cáncer es la infección por VPH. El grupo de los virus del papiloma humano engloba a más de 200 variantes, de las cuales unas 40 se transmiten a través del contacto sexual y pueden afectar al aparto genital de los seres humanos. De todos los VPH existentes, unos 14 se consideran de alto riesgo y pueden llegar a provocar cáncer.
Al infectar los tejidos, los VPH de alto riesgo pueden causar lesiones precancerosas y, con el tiempo, cáncer. Los tipos más problemáticos son el VPH-16 y el VPH-18, aunque también hay que destacar a los VPH-31, VPH-33, VPH-35, VPH-51 y más. Según la CDC, el VPH en general es causante del 90% de los cánceres de ano y cuello uterino, el 70% de los cánceres vaginales y más del 60% de los cánceres de pene.

Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
La enfermedad inflamatoria pélvica o EIP es una infección e inflamación del útero, los ovarios y otros órganos reproductores del aparato genital femenino. Esta complicación se asocia con asiduidad a ciertas ETS no tratadas, como la gonorrea o la infección por clamidia.
Algunos de los síntomas más evidentes de la EIP son los siguientes:
- Dolor en la parte baja del abdomen.
- Fiebre.
- Sensación de ardor al orinar.
- Sangrado fuera del periodo menstrual.
- Flujo vaginal extraño y maloliente.
- Dolor al tener relaciones sexuales.
La EIP es una consecuencia de ciertas ETS por sí sola, pero también puede acarrear efectos secundarios que veremos en líneas posteriores. Entre ellos, destacan el embarazo ectópico, la infertilidad, el dolor pélvico crónico y la aparición de abscesos tubo-ováricos.
Aborto
Las ETS y el embarazo son muy mala combinación. No solo se pueden adquirir ambos eventos de forma simultánea, sino que interaccionan de forma muy negativa entre ellos. Un claro ejemplo de ello es la sífilis.
Según estudios, la sífilis no tratada durante el embarazo es una causa importante de aborto, muerte al nacimiento y complicaciones durante la vida, si es que el bebé nace vivo. Casi el 18% de las gestaciones en personas sifilíticas en zonas de bajo ingreso resultan en aborto espontáneo, casi el 23% en muerte al nacer y el 21% en sífilis congénita. Esta ETS es muy seria tanto para la madre como para el bebé y debe abordarse cuanto antes.
Embarazo ectópico
El embarazo ectópico ocurre cuando un óvulo fecundado se implanta fuera del útero y comienza a crecer. La mayoría de los embarazos ectópicos tienen lugar en las trompas de Falopio, el par de tubos que sirve para conectar los óvulos y el útero. Esta variante de la patología se conoce como embarazo tubárico.
Las infecciones de transmisión sexual como la gonorrea y la clamidia pueden generar inflamación en el aparato genital femenino, lo que fomenta el riesgo de padecer un embarazo ectópico. Otros factores de riesgo son el tabaquismo, haber pasado una cirugía pélvica previa, tener 35 años o más e historial de embarazo ectópico previo.
Infertilidad
La infertilidad es una de las principales consecuencias de las ETS sin tratar. La clamidia y la gonorrea no tratada vuelven a ser las principales sospechosas, pero en este caso se añade también a la ecuación la tricomoniasis. Si no se tratan, hasta el 10-15% de las infecciones citadas evolucionan a EIP, asociada a su vez con la infertilidad.
Inmunosupresión
Toca hablar del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este patógeno casi no requiere presentación, pues todxs lo conocemos por su alta letalidad antes de que se descubriesen los fármacos para combatirlo. Aunque el nivel de concienciación es más alto con respecto a la enfermedad, en el 2020 más de 37 millones de personas vivían con VIH en el mundo y unas 680 000 murieron por causas derivadas de la infección.
Si no se aplica el tratamiento adecuado cuanto antes, el VIH destruye a un tipo específico de glóbulos blancos del organismo de forma lenta, pero constante. Esto hace que el sistema inmunitario se debilite tanto que no es capaz de combatir infecciones leves para la población general. Este cuadro de inmunosupresión se conoce como SIDA y puede acabar con la vida de la persona afectada rápidamente.
Muerte
No es nuestra intención asustar, pero hay que poner todas las cartas sobre la mesa a la hora de hablar sobre las consecuencias de las ETS. Si bien una infección por clamidia, una gonorrea o una candidiasis no te van a matar en la inmensa mayoría de los casos, siempre se abre la ventana al desastre si no se busca atención médica cuanto antes.
Hay que mencionar de forma especial a la infección por VIH y la sífilis en este apartado, pues son las ETS «conocidas» que más problemas pueden reportar a largo plazo. El pronóstico del VIH no tratado es muy pobre, pues su tasa de mortalidad asciende a más del 90% y lxs pacientes no suelen vivir por más de 8-10 años tras adquirir la infección.
La sífilis, por otro lado, evoluciona de forma mucho más lenta y no siempre se traduce en muerte. De todas formas, si no se trata, del 15 al 30% de lxs pacientes desarrollarán una forma de sífilis terciaria potencialmente letal. En general, esta infección reporta una tasa de mortalidad del 8 al 58% si no se recibe el tratamiento adecuado.

Las consecuencias de las ETS son múltiples y hay que conocerlas para concienciarse. Aunque en casi ningún caso se vayan a traducir en la muerte, es vital comunicarle tanto al médico como a lx(s) compañerx(s) sexual(es) cualquier síntoma compatible con una de estas infecciones. Es una responsabilidad tratarse cuanto antes para evitar daños en unx mismo y en lxs demás.