Bulto en el testículo: 10 causas

Los testículos son glándulas con forma ovalada, situadas dentro del escroto, cuya función principal es elaborar los espermatozoides y ciertas hormonas sexuales. Forman una parte esencial del aparato genital masculino, pues gracias a ellos se produce la fecundación del óvulo en las trompas de Falopio, dando lugar al feto y a la vida.

Todas las personas con aparato genital masculino están familiarizadas con sus testículos. De todas formas, queda una labor educacional muy importante que llevar a cabo en lo que a la detección de patologías testiculares se refiere. Igual que la autoexploración mamaria se debe realizar una vez al mes para detectar cualquier bulto o anormalidad, también es necesario explorar los testículos de forma asidua con el fin de familiarizarse con su forma, tamaño y características normales.

Si estás aquí porque en una autoexploración (o cualquier otro escenario) te has encontrado un bulto en el testículo, que no cunda el pánico. En las siguientes líneas, te mostramos los eventos por los que esto ha podido suceder y cuáles son los siguientes pasos a seguir. De todas formas, ten claro antes de empezar que no todas las protuberancias son sinónimo de cáncer. ¡Vamos a ello!

¿Por qué me ha salido un bulto en el testículo?

Los bultos y la inflamación testicular son síntomas muy comunes en las personas con aparato genital masculino. De todas formas, en una gran cantidad de casos este evento fisiológico no es de origen neoplásico y se puede explicar por un varicocele, un quiste, una torsión testicular y más. Recordamos que la probabilidad de desarrollar cáncer de testículo es de 1 entre 270 y, aunque se diagnostique, la tasa de curación es excelente si su detección es temprana.

Tras esta aclaración inicial, exploramos por apartados las posibles causas de la aparición de un bulto en el testículo. Si has notado cualquier irregularidad en tus genitales te recomendamos ponerte en manos de un profesional médico, pero esta información puede serte de ayuda a nivel general.

1. Varicocele

El término varicocele describe la dilatación de las venas dentro de la piel que sostiene a los testículos, es decir, el escroto. Los varicoceles se forman cuando las válvulas de las venas que recorren el cordón espermático impiden que la sangre circule con normalidad. Cuando esto sucede, la sangre se acumula y las venas se hinchan y dilatan. Estos eventos son de desarrollo lento y generalmente tienen lugar en el testículo izquierdo.

El varicocele es un problema muy común en la práctica médica reproductiva, pues afecta al 15% de las personas con aparato genital masculino. De todas formas, no es grave y tampoco suele generar síntomas, aunque a veces sí que cursa con un poco de dolor, la aparición de un bulto en el testículo con “forma de gusano” y una diferencia notable en el tamaño testicular. Por lo general no es necesario tratarlo, aunque si el malestar es crónico o se ve afectado el conteo de espermatozoides, puede ser necesaria una cirugía.

2. Espermatocele (quiste espermático)

El espermatocele, también conocido como quiste espermático, es una bolsa llena de fluido generalmente no dolorosa y benigna que se forma por encima de un testículo. No se conoce la causa exacta de su aparición, pero puede surgir de la obstrucción en cualquiera de los diversos tubos dentro del epidídimo encargados de almacenar y transportar el esperma.

De nuevo, este evento fisiológico es extremadamente común y hasta el 30% de las personas adultas han sido diagnosticadas con un espermatocele de pequeño tamaño a lo largo de su vida, sobre todo entre los 40-50 años. No suele causar síntomas, pero en caso de que lo haga y genere incomodidad se puede plantear un procedimiento quirúrgico para su extracción.

3. Epididimitis

Esta condición hace referencia a la hinchazón del epidídimo, tubo alargado y estrecho que conecta los testículos y los vasos deferentes. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), sobre todo la clamidiasis y la gonorrea, son las causas más comunes de la aparición de la patología en personas activas a nivel sexual. Mycobacterium tuberculosis, Ureaplasma spp. y otros patógenos también son capaces de provocar epididimitis. Existe la posibilidad de que el cuadro sea de naturaleza no infecciosa, aunque es bastante menos común.

Si es de origen infeccioso, la epididimitis puede cursar con síntomas como fiebre baja, escalofríos, sangre en el semen, secreciones uretrales anormales, molestias pélvicas y la aparición de un bulto en el testículo, correspondiente a la inflamación. Las infecciones de transmisión sexual citadas requieren tratamiento farmacológico, así que si tienes cualquiera de estos síntomas lo mejor que acudas a un profesional médico.

4. Orquitis

La orquitis es una inflamación general de uno o ambos testículos. Esta enfermedad puede ser de causa viral o bacteriana, aunque a veces es difícil encontrar la causa. En la mayoría de los casos de origen bacteriano, la orquitis ocurre como consecuencia de la epididimitis, por lo que ambas comparten agentes patógenos causales.

Las orquitis bacterianas necesitan el recetado de antibióticos, mientras que las virales deberían curarse por sí solas, pues el sistema inmunitario suele ser capaz de combatir la infección sin ayuda farmacológica. Aun así, en ambos casos se pueden tomar ciertos medicamentos bajo supervisión médica para aliviar la sintomatología.

5. Hidrocele

El hidrocele es otro de los tipos de inflamación testicular, pero en este caso ocurre cuando se acumula líquido en la capa que rodea al testículo. En la población adulta, este evento puede ser la consecuencia de una lesión y/o inflamación dentro del escroto, ya sea causada por una orquitis, una epididimitis u otra condición. Como puedes observar, muchas de las patologías aquí citadas guardan una relación muy estrecha.,

El hidrocele puede desaparecer por sí solo, pero siempre requiere atención médica, pues podría estar asociado a un cuadro infeccioso. En caso de que no se solucione por sí mismo, se puede plantear un procedimiento quirúrgico para extraer el exceso de líquido.

6. Hematocele

Estamos ante otro de los términos terminados en -cele, pero en este caso el líquido que se acumula en la región testicular es sangre, ni semen ni otros fluidos. Suele aparecer como consecuencia de una lesión o traumatismo testicular, incluso como efecto secundario de un procedimiento postoperatorio. El tratamiento varía según si el proceso es agudo o crónico, pero se considera un cuadro bastante doloroso y requiere evaluación médica en todos los casos.

Uno de los síntomas del cáncer de testículo es la aparición de un bulto en el testículo.

7. Hernia inguinal

Las hernias inguinales ocurren cuando el contenido del abdomen se “sale” a través de un punto débil en la sección inferior de la pared abdominal. Pueden estar causadas por aumento de presión abdominal, esfuerzo defecatorio/al orinar, actividades intensas, embarazo/parto o un proceso que curse con tos crónica. Esta condición se puede manifestar como un bulto en los testículos si la porción de tejido se desliza por el escroto.

Si no se trata, una hernia inguinal puede causar presión y daño en las estructuras circundantes, obstrucción intestinal y hasta corte del flujo sanguíneo y muerte de los tejidos. Se requiere atención médica inmediata ante la aparición de este cuadro en todos los casos, pues solo un profesional puede determinar si el camino a seguir es conservador o si se requiere intervención quirúrgica.

8. Torsión testicular

La torsión testicular es una emergencia médica que ocurre cuando el cordón espermático, estructura encargada de suministrar la sangre a los testículos, rota y se retuerce. Este cuadro puede ocurrir después de realizar ejercicio físico intenso, al dormir o después de sufrir una lesión escrotal, aunque en la mayoría de los casos las personas que la padecen tienen una condición previa conocida como deformidad en badajo de campana.

Si no se trata de inmediato, la torsión testicular puede causar daño irreversible del testículo e incluso la muerte de su tejido, lo que se traduce en necesidad de extraerlo al completo. Ante la aparición de los síntomas (dolor escrotal repentino e intenso, hinchazón, dolor abdominal, náuseas o testículo con ángulo anormal), es necesaria una visita al médico de inmediato.

9. Infecciones de transmisión sexual

La aparición de un bulto en el testículo, específicamente por encima de la piel, también puede ser un signo clínico de una infección de transmisión sexual (más allá de la epididimitis u orquitis citadas). Por ejemplo, el primer síntoma de la sífilis es la aparición de una llaga en la región de entrada del patógeno, que pueden ser los genitales. La infección por algunos tipos del virus del papiloma humano (VPH) también puede llegar a cursar con la aparición de verrugas en la zona testicular.

Todas las infecciones de transmisión sexual requieren un diagnóstico temprano, se presenten síntomas o no. Ante la aparición de cualquier signo extraño o contacto sexual de riesgo, recomendamos realizarse una prueba de ETS.

10. Cáncer de testículo

Llegamos a la última causa posible de la aparición de un bulto en el testículo: la más temida, pero sin duda una de las menos comunes. Tal y como indican estudios, de las personas que acuden a la clínica con dolor/irregularidad testicular, solo un 3 % de ellas terminan siendo diagnosticadas con un cáncer.

El cáncer testicular es una proliferación de células malignas (mutadas) en el tejido del testículo. El síntoma más común de esta condición es la aparición de un bulto indoloro dentro o sobre el testículo, además de la inflamación o un dolor sordo en la parte baja de la ingle. Existen diversos factores de riesgo para su aparición, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Criptorquidia: la criptorquidia es una condición en la que uno o ambos testículos no se desplazan desde el abdomen, donde se forman durante la gestación, hasta el escroto. Que el testículo no descienda no es el factor de riesgo en sí, pero el hecho podría indicar que hay una anormalidad en el aparato testicular predisponente al cáncer.
  • Antecedentes familiares: tener un familiar de primer grado con cáncer testicular aumenta el riesgo, pero cabe destacar que la mayoría de las personas que lo desarrollan no presentan un historial familiar claro.
  • Edad: la mayoría de las personas con este tipo de cáncer tienen entre 20 y 45 años al momento del diagnóstico, aunque también se puede presentar en la adolescencia y vejez.

A menudo, el tratamiento de esta neoplasia maligna incluye la cirugía y la quimioterapia. La tasa de supervivencia general a 5 años del diagnóstico es excelente, pues en todas sus fases combinadas oscila un 95%. En su variante localizada, la probabilidad de curación asciende hasta un 99%.

Siempre es necesario buscar atención médica

Como habrás podido comprobar, son muchas las causas por las que puede aparecer un bulto en el testículo, desde enfermedades de transmisión sexual (ETS) hasta cáncer, pasando por torsiones, inflamaciones, acumulaciones de sangre y mucho más. El cáncer es una de las menos comunes, pero siempre hay que tenerlo en cuenta.

Aunque muchas de las causas aquí citadas sean leves, es necesario ponerse en manos de un profesional médico ante cualquier síntoma extraño en la región genital. Conocerse es el primer paso para descubrirlo, así que te animamos a que aprendas a realizarte una autoexploración genital al menos una vez al mes.

Otros artículos relacionados

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *